“Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la gente buena”.
Mahatma Gandhi.
Gandhi en su pensamiento, hace referencia al estado indiferente de las personas, a la indiferencia orientada hacia el egoísmo, al desinterés por conveniencia o simplemente por abulia, al no hacerse cargo de obligaciones secundarias, pensamiento que comparto totalmente hasta los puntos y las comas. Sin embargo, la indiferencia tiene otra mirada, creo que es válido ser indiferente ante circunstancias que generen una respuesta de contenido agresivo y en consecuencia, desencadenantes de un resultado no deseado.
Me voy a detener en el primer punto del párrafo anterior, a la mala indiferencia, que en realidad la podríamos enmarcar dentro los grises, porque no le encuentro sustento, ni exactitud; no es blanca ni es negra, es gris. Como estamos hablando del lado “malo”, podríamos pensar en el odio, la envidia, la ira, etc., pero estos son sentimientos con cuerpo, en cambio la indiferencia, si bien es una práctica, carece de formas. La falta de compromiso, la mayoría de las veces, provocada porque no nos importan tales o cuales sucesos o personas, porque a nosotros no nos afectan o porque simplemente estamos instalados en la comodidad y no pensamos salir de ella, nos está convirtiendo en cómplices de la injusticia.
Me pregunto si el indiferente será feliz, sinceramente creo que no, porque se está negando a sí mismo el estado de felicidad que se siente cuando se asumen compromisos aunque no sean de nuestra incumbencia, cuando nos hacemos cargo de situaciones que nos rozan, cuando hacemos obras de bien, por más pequeñas que sean, o cuando ayudamos a quienes lo necesitan sin que nos lo pidan ya sean conocidos o desconocidos; son nuestros semejantes y una vez más debemos desarrollar la capacidad de empatizar. La vida, a pesar que es hermosa, tiene muchas curvas y contra curvas y nunca sabremos en qué momento podemos estar situados en la otra cara de la historia.
Me voy a detener en el primer punto del párrafo anterior, a la mala indiferencia, que en realidad la podríamos enmarcar dentro los grises, porque no le encuentro sustento, ni exactitud; no es blanca ni es negra, es gris. Como estamos hablando del lado “malo”, podríamos pensar en el odio, la envidia, la ira, etc., pero estos son sentimientos con cuerpo, en cambio la indiferencia, si bien es una práctica, carece de formas. La falta de compromiso, la mayoría de las veces, provocada porque no nos importan tales o cuales sucesos o personas, porque a nosotros no nos afectan o porque simplemente estamos instalados en la comodidad y no pensamos salir de ella, nos está convirtiendo en cómplices de la injusticia.
Me pregunto si el indiferente será feliz, sinceramente creo que no, porque se está negando a sí mismo el estado de felicidad que se siente cuando se asumen compromisos aunque no sean de nuestra incumbencia, cuando nos hacemos cargo de situaciones que nos rozan, cuando hacemos obras de bien, por más pequeñas que sean, o cuando ayudamos a quienes lo necesitan sin que nos lo pidan ya sean conocidos o desconocidos; son nuestros semejantes y una vez más debemos desarrollar la capacidad de empatizar. La vida, a pesar que es hermosa, tiene muchas curvas y contra curvas y nunca sabremos en qué momento podemos estar situados en la otra cara de la historia.
Hay cegueras cómodas.Relacionarte en el medio(quiero decir en lugar y tiempo que estás)requiere de un análisis por sobre el análisis automático de ley de menor esfuerzo.
ResponderBorrarTomar decisiones implica jugarse y los espíritus prudentes se envician de su principio engordando en desavenidos descomprometidos porque les funciona la orfandad de ética para la armonía entre su vida y la de los otros.
Ser buena persona cuesta mucho trabajo y estamos rodeados de vagos.
La bondad es tensión activa hacia la virtud,no no hacer el mal,y muchos creen que no haciendo el mal son buenos.
Y lo peor es que creen que tienen chapa de buena persona porque no hacen mal.O sea no hacen nada,el peor insulto a la vida.
abrazo
Hay una sensación de anestesia generalizada que le quitó la sensibilidad social a gran parte de la gente
ResponderBorrarEs como para hacer un estudio ...
Besos
Cantares cantó la justa.
ResponderBorrarMoscòn, gracias por venir, un placer leerte.
ResponderBorrarEl no "hacer nada" es mas salvaje que "hacer mal". Muchos creen que al infierno se llega por el camino del mal, sin embargo muchos ingnoran que tiene màs caminos conductores.
Ana, es cierto lo que decìs, las paràlisis son provocadas por nuestro enemigo acèrrimo llamado miedo, tal vez esta conducta tenga algùn otro componente adicional como, perversiòn, o discriminaciòn...
ResponderBorrarBesos.
Hola Daniel,
ResponderBorrarSi, cantò la justa.
El "sálvese quien pueda" se cultiva sin excepción junto con la indiferencia hacia el otro.
ResponderBorrarCuriosamente esto funciona en las buenas y en las malas, ya que el indiferente se autoatribuye todo éxito como si viviera en una isla desierta y no se compadece del sufrimiento ajeno porque le atribuye toda la culpa a la víctima.
Hola Sibaris, ser indiferentes nos está llevando a un mundo caótico, no mirar a nuestros costados parece ser la forma moderna de quitarnos el darle la solución a problemas cotidianos y fáciles de resolver, casi te diría es vivir obnuvilados dentro de una porquería llamado: orgullo imbécil.
ResponderBorrarUn abrazo.
Hola Iris,
ResponderBorrarSàlvense quien pueda, No te metàs, etc.
Actitudes cargadas de cobardìa y perversidad...
Hola roberto,
ResponderBorrarEs un microclima muy pero muy insano...