Los humanos somos indiscutiblemente impredecibles, en consecuencia nuestras actitudes se manifiestan de igual modo. La herencia, el entorno y nuestra propia esencia son los elementos fundamentales que moldean nuestras conductas....

En cada cuento o escrito se encuentran enmarcados un comportamiento diferente, una naturaleza diferente, un demonio diferente....

lunes, 18 de octubre de 2010

La oscuridad.


Había abordado el expreso de las 6.30 a.m.en el Departamento de La Banda de la provincia de Santiago del Estero rumbo a Buenos Aires, dejando en el camino su casa natal, sus padres, sus hermanas y un sinfín de recuerdos….

Mercedes con apenas dieciocho años era la mayor de las cuatro, sin embargo hacía mucho tiempo que tenía decidido su futuro, ya no deseaba hacerse cargo de sus hermanas, tampoco deseaba ir por la cosecha de algodón, tarea a la cual su padre le obligaba.


De pronto siente que el guarda del tren le toca el hombro y le advierte que habían entrado en la Estación Retiro, de la Capital Federal, ya era de día. Tomó su bolsón y descendió hacia la plataforma de salida rumbo hacia dónde?


Vagó por la Capital durante horas y horas en busca de un lugar muy económico en donde alojarse, sus escasos ahorros no le permitían otra cosa. En Monserrat, cerca de la intersección de la Av. Independencia y San José encuentra una pensión acorde, el dueño le mostró una piezucha deprimente con baño compartido al final de un patio, al mismo tiempo, para asegurarse la paga le cobró por adelantado y al notar que se trataba de “una recién llegada” supo inmediatamente que no dispondría de dinero ni de trabajo, pero éste señor muy hábilmente la conectó con amigos que le darían una oportunidad.


La naturaleza no había sido muy generosa con ella, pues era una jovencita alta, desgarbada, sus ojos eran pequeños, su descuidada piel ajada por el sol santiagueño lo disimulaba con el beneficio de su tez morocha, pero de todos modos el dueño del cabaret vio en ella cierto potencial. Evidentemente con maquillaje y otro tipo ropa se veía mucho mejor.
No era lo que Mercedes deseaba, pero no tenía alternativas, sabía que debía trabajar duro para alcanzar sus objetivos, se le retorcían las vísceras al tener que soportar hombres de todo tipo ávidos de sexo, sus noches se convirtieron en una tortura.


Había logrado entablar amistad con algunas de sus compañeras y muchas veces compartían salidas por las tardes antes de ir a trabajar. Una de esas tardes, una de ellas trajo a unos amigos, uno de ellos ya le había echado el ojo y al parecer ella le correspondió. Comenzó a noviar con Héctor, como era de esperar su familia no la aceptaba por su bajo nivel, que ella, pese a su condición disimulaba bastante bien. Héctor era el hijo menor, tenía una hermana tres años más que él, casada, gozaba de una buena posición económica, clase media acomodada. En cambio a él no le gustaba el trabajo ni siquiera se interesaba en los negocios de su padre, sólo vivía para la diversión.


Hablaron de matrimonio y Mercedes creía tocar el cielo con las manos, cumpliría su sueño de convertirse en una “señora” y el de tener una familia numerosa, y así lo hicieron. Al poco de nacer su tercer hijo, de seis que tuvieron, su suegro cae en banca rota y las deudas los desbordan. Ella, reflejada en el espejo de Alicia, su cuñada, una joven profesional, casada con un arquitecto, dueña de una importante belleza y simpatía pero a la vez simple, la admiración que sentía se fue transformando en un sentimiento macabro, ocasionándole trastornos físicos y hasta mentales, pues las discusiones con su marido se habían transformado en moneda corriente. Le costaba entender por qué le tocó vivir esto, ella quería vivir como Alicia, quería la vida de Alicia. Con el tiempo fue tomando parte de la personalidad de ella, no alcanzaba a darse cuenta del requerimiento de sus hijos ni de su marido, vivía en una ilusión, en una película que ella misma había delineado y cuando se encontraba con sus amistades les narraba episodios, pensamientos e ideas, vivencias y hasta los viajes de Alicia como si fueran propios.


Con casi cuarenta años de edad y una vida llena de frustraciones, porque nadie le ayudó a aceptar lo que la vida le había dado, se encuentra internada en un hospital neuropsiquiátrico de la ciudad….
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