Los humanos somos indiscutiblemente impredecibles, en consecuencia nuestras actitudes se manifiestan de igual modo. La herencia, el entorno y nuestra propia esencia son los elementos fundamentales que moldean nuestras conductas....

En cada cuento o escrito se encuentran enmarcados un comportamiento diferente, una naturaleza diferente, un demonio diferente....

domingo, 22 de abril de 2012

Teléfono descompuesto.

"Cuando no comprendemos una cosa, es preciso declararla absurda o superior a nuestra inteligencia, y generalmente, se adopta la primera determinación.
Concepción Arenal.

El pensamiento de la escritora española, a quien admiro profundamente, posee un hondo contenido acerca del entendimiento y raciocinio de las personas, rayano en lo que quiero expresar respecto a la deficiente calidad de interpretación que estamos viendo y viviendo en la actualidad, me refiero  exactamente a la “comunicación interpersonal”. La comunicación consiste en la emisión de un argumento y su recepción, para ello, cuando debemos transmitir una idea, deseo, pensamiento etc., nuestra mente lo procesa y mediante el lenguaje lo hacemos llegar a nuestro receptor, descartando que el mensaje sea asimilado tal cual lo pensamos.

El punto es que no siempre es así y las causas son muy simples, es posible que el emisor no sea lo suficientemente claro o preciso en su mensaje o que el receptor no logre comprender un determinado argumento. Evidentemente este fenómeno sucede cuando hablamos en público o con personas desconocidas, lo inquietante es cuando la mala calidad de interpretación sucede en el ámbito privado, familiar o laboral. Cada día desarrollamos esta acción con una determinada cantidad de personas, a quienes, hipotéticamente, conocemos y nos conocen.  

Sin embargo, sobre este último punto, me alarma la “crisis comunicacional” reinante en este ámbito, responsable de grandes discusiones sin sentido y que, en la mayoría de los casos terminan con agresiones verbales, muchas veces, sin retorno. He visto y oído como se descontextualizan frases de un determinado argumento y se prejuzga con absoluta ligereza, como si ese argumento moldeara la personalidad de quien lo emite, es evidente que las emociones, sentimientos e intereses juegan un rol de importancia en todo esto, pero de todos modos esta actitud nos sitúa lisa y llanamente en el campo del desconocimiento.

Me pregunto cómo y por qué se ha perdido la capacidad de analizar los hechos, cuando en realidad son más valiosos que los dichos.





miércoles, 18 de abril de 2012

Pendejocracia.


"No le evitéis a vuestros hijos las dificultades de la vida, enseñadles más bien a superarlas".
Louis Pasteur.

Hace unos años atrás, me sorprendió escuchar que la adolescencia sufrió una prolongación  hasta los treinta años; ¿preocupante verdad?, sin embargo por lo que apreciamos hoy en día, esta condición no tiene caducidad, en pocas palabras el estado adolescente se ha perpetuado. Hago esta introducción, aunque no sea el eje central del tema, tiene mucho que ver con la formación, de la cual nosotros, los progenitores, somos los primeros responsables. Los padres nacemos sin saber, ni egresamos de ninguna escuela especializada en maternidad, hemos formado de acuerdo a lo que aprendimos en la vida, de acuerdo a nuestros deseos y a nuestras herencias.

La pendejocracia no es otra cosa más que el resultado de una formación facilista (aclaro que en nuestro país denominamos “pendejo” a los niños y adolescentes y algunos adultos que se comportan como tales) y creo que esto tiene mucho que ver con algunos niveles socio cultural, dándose este fenómeno, principalmente en la clase media baja. He visto y oído algunos de sus síntomas, tales como, padres festejando, en presencia de sus hijos, acciones que parecieran ser “inteligentes” y “adultas”, cuando en definitiva debiera considerarse “normal”, con lo cual  esta conducta paterna refleja una absoluta paridad, alimentando el pensamiento que sus padres son “amigos, compinches o compañeros”, (la confusión de roles es casi frecuente).

Si recorremos otras escenas, advertiremos algunas conductas, tales como padres que  resuelven o toman decisiones sobre situaciones que debieran resolver o ejecutar sus hijos, tales como las tareas escolares, estudiar, hacer frente a otras personas, inmiscuirse en discusiones o peleas con sus pares (amigos) al punto tal, de tomar las riendas en defensa del cachorro. Por lo que he visto muy de cerca, de estos comportamientos surge un resultado no muy feliz, sin dudar que en ello colocaron todo “su amor” pero el efecto lamentablemente es en contrario, pues limita el desarrollo de la capacidad de creación, los mecanismos de autodefensa, la capacidad de vincularse con la sociedad y lo que es más importante, la confianza en ellos mismos.

No existe padre en el mundo que no ame a sus hijos, creo que no debemos confundir “amor” con “embeleso”, nuestro deber es educarlos, formarlos, prepararlos para una vida sana, libre, feliz; sin embargo estamos formando personas social e intelectualmente inmaduras y con cierto “poder” sobre nosotros … 



sábado, 14 de abril de 2012

El engaño a sí mismo

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"El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí  mismo, acaso más que para engañar a otros".
Jaime Luciano Balmes.          

Muchas veces caemos en la trampa de engañarnos a nosotros mismos, pero no debemos confundirnos, pues en la galería de auto engaños podremos ver algunas variedades y cada una de ellas responde a diferentes motivos, desde el más inocuo hasta el más pernicioso. En el ámbito comercial es muy frecuente al auto engaño, pues todas aquellas personas quienes deban comunicar un determinado argumento “lo compran” previamente, puesto que  la convicción es la base primordial  para que la idea tenga llegada. En realidad este mecanismo es totalmente inofensivo para el emisor, sin embargo no siempre lo es para el receptor, ya que acaba de comprar un objeto o un intangible mediante una simple imposición.

Si corremos un poco la mirada y nos situamos en los aspectos personales, seguramente observaremos a muchas personas con una visión y un convencimiento absolutamente subjetivo, colocándolos  muy lejos de lo que podría llamarse real; creo que esto podría responder a un mecanismo de autodefensa, evitando que factores externos provoquen sufrimientos, pero la percepción distorsionada de la realidad, aunque su desarrollo sea elaborado en función de protección, es un claro signo de inmadurez, de inseguridad y de capacidades, pues el auto engañado jamás podrá reconocer esta falla, aún cuando otras personas intenten hacerle ver “la realidad” y si eventualmente lograran verla, lo seguirán negando.

Hay quienes recurren a este artilugio con la finalidad de obtener todo aquello que se les ocurra, para lo cual se valen de argumentos y hechos demostrativos de la falsa realidad, indudablemente comienzan por comprar ellos mismos esa “verdad” y subestiman a sus interlocutores sin ningún tipo de contemplaciones ni culpas, puesto que el mentiroso fue quien primero compró la mentira y porque además siempre se vincularán con personas que indudablemente se dejen subestimar.
Lo más saludable es transitar por la senda de la verdad….









lunes, 9 de abril de 2012

S.O.S.

Mahatma Gandhi nos dejó un riquísimo  legado, que cuenta con una serie de pensamientos orientados a la no violencia, sinceramente los transcribiría uno por uno de ellos, ya que son una verdadera invitación al pensamiento profundo, pero me tomé la libertad de copiar sólo dos:

“La violencia es el miedo a los ideales de los demás”.

“Ojo por ojo y todo el mundo acabará ciego”.

 Hemos reflexionado mucho acerca de la gran crisis emocional y de valores por la que estamos atravesando, por lo que debemos considerar perentorio una profunda y clara revisión y consecuentemente su urgente reversión. En estos últimos días he visto y leído hechos atroces, cometidos por personas “comunes”, como cualquiera de nosotros y ellos fueron padres que matan a sus hijos, hombres que incendian brutalmente a sus parejas, escolares que balean a sangre fría a sus pares, hombres que matan a golpe de patadas a sus mujeres, mujeres arrojadas al vacío, animales salvajes que se escapan de casas de familia, en la ciudad, tales como felinos o reptiles de gran tamaño  y sin olvidarme de los suicidas, me pregunto una y mil veces ¿qué nos está sucediendo?, ¿o tal vez sea un nuevo estilo de vida y no nos damos cuenta? Evidentemente tendremos que comenzar de nuevo y aprender a vivir…

No cabe la menor duda que estamos muy contaminados y que le hemos abierto las puertas en par a la violencia y si no tomamos la decisión de darle un portazo en la cara, la vida ya no tendrá sentido alguno. Las conductas individuales tienen que ver con nosotros mismos y atribuirle responsabilidades a factores externos sería una actitud muy necia, aunque en ciertos casos esos factores bien podrían exacerbar, lo que podríamos llamar “esa conducta enfermiza” y conducirnos a los estados que estamos planteando.

Todos sin excepción somos defectuosos y nuestro deber es mejorar individualmente y consecuentemente trasladar los resultados al plano social; pero ocurre que si no comenzamos a conocernos, a descubrirnos, a aceptarnos a nosotros mismos y a vencer todos los miedos (condición netamente adquirida), será muy difícil pensar en una mejora.

La aceleración con que se nos plantea la vida es inmensa y hasta imposible de internalizar, porque nos estamos dejando llevar y es allí donde nos equivocamos, pues el ritmo debemos establecerlo nosotros, de acuerdo a nuestras necesidades y a nuestras limitaciones; también cometemos errores al intentar cambiar la naturaleza de nuestros semejantes, en lugar de respetarla y aceptarla. Somos nosotros quienes debemos adaptarnos a las circunstancias y no a la inversa, si en definitiva la felicidad es una condición innata a la que estamos desaprovechando…, todo lo demás es adquirido.