Lao Tse.
Indudablemente el filòsofo se referìa a la fortaleza individual, al individuo que como ejemplar único se debe fidelidad a sì mismo, respetando sus pensamientos, sus creencias, su esencia….
Es de suponer que a medida que vamos transcurriendo en el tiempo experimentamos cambios, no sòlo en nuestro físico, sino también en nuestra mente y que todo el conjunto de factores externos e internos van moldeando nuestro carácter, nuestra exclusiva “forma de ser”, digo “es de suponer”, porque no siempre evolucionamos o crecemos favorablemente respetando la cronología propiamente dicha, hay fenómenos en los que notamos una madurez y una fortaleza muy temprana o como contraposición la inmadurez o la debilidad llevada hasta la longevidad.
Este último caso nos condiciona a permeabilizar todos los vicios, a no saber què queremos en cada una de las etapas de nuestras vidas, muchas veces nos convertimos en caminantes sin rumbo atrayendo hacia sì las influencias de los entornos ocasionales, que muchas veces, como corderos obedientes respondemos a sus beneficios ya sean lucrativos o placenteros, nos deslumbramos ante la frivolidad, creamos falsos ídolos a quienes rendimos culto, moldeando nuestro comportamiento y pensamiento de acuerdo a las circunstancias, por el simple hecho de admirar su estilo de vida….
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