Los humanos somos indiscutiblemente impredecibles, en consecuencia nuestras actitudes se manifiestan de igual modo. La herencia, el entorno y nuestra propia esencia son los elementos fundamentales que moldean nuestras conductas....

En cada cuento o escrito se encuentran enmarcados un comportamiento diferente, una naturaleza diferente, un demonio diferente....

jueves, 27 de octubre de 2011

La maldiciòn (un cuento prestado)

Traje a esta casa un cuento, que con el permiso de su autora, en cuya esencia se conjugan elementos propios de las conductas de la raza humana....


La maldición: un cuento con pretensiones dolinescas

Aprovechando la veda y unos desastres que hice con mi computadora (nada que horas de reinstalación y de rebuscar entre copias de seguridad no puedan arreglar) , un cuento...


La maldición
Ariel se hallaba bajo una maldición, una maldición que había caído sobre él luego de que ayudó a un desconocido. Desde entonces, la sombra de la muerte lo seguía a todos lados —invisible para los demás— como su inseparable compañera.
El precio de una buena acción, se decía a sí mismo para consolarse, olvidando la buena suma de dinero recibida a cambio de su participación en el asunto.
Su única esperanza era que una joven doncella lo perdonara, o al menos así lo creía él. Y en consecuencia, se pasaba las horas y los días persiguiendo jovencitas a las que intentaba contar su historia y pedirles su perdón.
Sin embargo mientras iniciaba su discurso no se privaba de manosearlas descaradamente, lo que producía como resultado que éstas lo escupieran, patearan, y/o abofetearan. Si además andaba cerca un novio, padre o hermano, lo surtían.
Ariel se enorgullecía de haber sido abofeteado por las muchachas más lindas, pero se quejaba amargamente por su incomprensión. El tiempo transcurría y el plazo se acortaba. La desesperación lo llevó a escenas de patetismo lamentable.
Todo era inútil: ni sus ruegos, ni sus amenazas, ni sus intentos de soborno conmovían a señoritas que no creían en maldiciones, pero sí en locos y en pervertidos, por lo que Ariel pasó largas temporadas en comisarías, juzgados y manicomios...
Los pocos amigos que tenía lo abandonaron, situación que lo apenó un poco, pues necesitaba alguien que le pagara la fianza, pero no más que eso. Nunca le había interesado la compañía masculina, aunque la fatalidad insistía en proveerlo de ésta en abundancia.
En uno de sus escasos períodos de libertad, estaba paseándose por las calles de su barrio con aspecto lamentable, sufriendo las agresiones de los niños, que corrían apuestas para ver quién descalabraba de un piedrazo al “loco”.
Ahora bastaba su sola presencia para que las jovencitas emprendieran la huida. Tan lamentable era su condición que los novios furiosos lo golpeaban, pero menos...
Aterrado como estaba sólo pensaba en la cercanía de la muerte y en el fin del plazo: debía hallar el perdón cuanto antes o moriría. A pesar de sus repetidos fracasos, no perdía la esperanza.
Y llegó el último día de aquel fatídico plazo. Una vez más persiguió a cada joven hermosa que halló en su camino, una vez más ellas huyeron. Una vez más aparecieron los correspondientes vengadores ,con aire de propietarios, para fajarlo.
Pero cuando todo parecía perdido ocurrió el esperado milagro: una joven — la más hermosa que hubiera visto jamás— lo escuchó sin interrumpirlo, le sonrió con un aire de tristeza, y le dijo:
— No necesitas pedir mi perdón, porque ya lo tienes.
La sombra de la muerte se estremeció , como si se avergonzara de su derrota y se retiró.
Tiempo después se supo que el “loco” había muerto. Al parecer ocurrió mientras dormía.
— Pasó de un sueño a otro — Dijeron algunos.
— Al fin descansa, pobre desgraciado — Dijeron otros.
¿Existió milagro después de todo? ¿o fue todo lo sucedido producto de la fantasía de un loco? En una época tan mezquina como la nuestra, el conformismo ha invadido incluso el campo de lo maravilloso, del milagro. No faltan los que piden la categoría de milagro para el sol, la luna, el llanto de un niño... Nadie se atreve a pedir un milagro real.
Creer que la belleza sea capaz del único milagro que vale la pena pedir, parece una demasía para aquellos que intentan convencernos de que una moneda de plomo si se mira bien y desde el ángulo adecuado, es igual que una de oro, y hasta más bonita. Que nos presentan a la mediocridad como una virtud superior a cualquier talento ,y a la resignación como un valor digno de ser defendido. Ya se sabe, es signo de madurez.
Y yo, que no estoy exenta de los defectos de esta época, quizá haya hecho uso del mismo engaño para hacer creer al paciente lector de que valía la penar llegar hasta el final, hasta estas líneas..
Muchìsimas gracias Iris 


jueves, 20 de octubre de 2011

Verborragia.

Los discursos inspiran menos confianza que las acciones.
(Aristòteles).


Suscribo totalmente ese pensamiento, las actitudes y los comportamientos hablan mucho màs que las palabras aun mejores adornadas. Nuestras satisfacciones, madurez, personalidad, pensamientos, se reflejan en cada hecho de modo positivo o negativo.
Nos encontramos a diario con personas que no hacen otra cosa que pregonar lo que son, lo que hacen o lo que tienen, sin embargo, dentro los códigos de la comunicación y del sentido comùn, este hecho concreto genera una recepciòn contraria (no eres, no haces y no tienes lo que dices) ya que básicamente los hechos lo demuestran sin necesidad de publicitarlo; además de implicar una importante falta hacia el interlocutor, ya que se lo està subestimando; aquí se me refleja el viejo adagio “ver para creer”.

Si nos detenemos a observar nos encontraremos con otras variedades verborràgicas tales como frente a una pregunta concreta, para lo cual se espera una respuesta breve y concisa, el receptor amplìa extremadamente detalles que en definitiva no revisten importancia. Avanzando un poco màs podremos poner bajo la lupa a aquellos personajes que provocan un diálogo sin que nadie lo solicitara, exponiendo temas personales a su antojo.
Dicen los psicólogos que este fenómeno se da en todas aquellas personas que sufren de stress emocional, tal vez lo sea, pero esa gran necesidad de hablar y a veces de hablar por hablar, tendrá que ver con la soledad, tal vez con frustraciones, o tal vez sea inmadurez cuando mediante los reclamos se busca el reconocimiento.

Hoy màs que nunca hemos podido palpar bien cerca, la verborragia en la clase política, hemos visto y oído discursos cargados de agresiones hacia sus oponentes, crìticas destructivas, ventilación de intimidades indiscriminadas, esos discursos carentes de sòlidos argumentos sòlo provocan efectos contrarios…..
Deberìamos contar hasta diez antes de abrir la boca y emitir sonidos!

lunes, 17 de octubre de 2011

Agradecimiento.


Hoy es un dìa muy especial, aunque no lo parezca, estos demonios cumplieron su primer año de vida, ni siquiera yo misma me lo puedo creer!


El caso es que, incentivada por mi gran amiga Alondra con quien volàramos juntas tantos años de nuestras vidas, abrì este espacio para soltar de a poco aquellos diablillos que suelen interferir en nuestras vidas y que sin darnos cuenta nos la manejan a su antojo.


No es fàcil ser crìtica de nuestras propias conductas, cuando se es tan defectuosa, como lo es esta servidora y muchas veces me he puesto a pensar (a veces pienso) que no es agradable para los ojos leer opiniones o cuentos relacionados con nuestros vicios o con nuestras conductas imperfectas. Sin embargo, profundizar estos temas siempre me apasionò investigar què pasa dentro nuestro, sus causas, el modo de detonar, sus consecuencias, etc.


Este espacio no podìa llamarse de otra manera, fuè lo primero que se me ocurriò cuando decidì subirlo a la web,  Los demonios le iba muy bien y por tratarse de un sitio de estas caracterìsticas, tengo que reconocer que tambièn le va muy bien y saben por què, por todos ustedes queridos amigos y lectores que con su presencia me estimulan, para que , en la medida de mis posibilidades, siga adelante soltàndolos sin tapujos!


Gracias a todos ustedes por estar y especialmente a mi querida Alondra.