"Los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mediocres." Albert Einstein.
Hay una tendencia social que asusta, es el permanente estado
de confrontación en el cual nos hemos instalado los seres humanos, sin embargo
lo curioso es que confrontamos por el simple hecho de confrontar, sin previo
análisis, sin conocimientos, sin respeto por el pensamiento o la idea del otro,
generando discusiones estériles que terminan lastimando a los interlocutores y
cuya conducta tipifica a una gran franja de la sociedad global.
Este comportamiento ha diluido el diálogo atentando
severamente contra la comunicación entre las personas, hecho que palpamos a
diario y en absolutamente todos los ámbitos, transformándose en una situación
de hostilidad constante. No creo que exista un motivo específico que determine
nuestros comportamientos, sino que es la conjunción de diversas circunstancias
que nos estimulan, restándonos capacidades tales como comprensión, respeto, solidaridad o
aceptación, condiciones muy esenciales para vincularnos con nuestros
semejantes.
Por otra parte, creo que estamos perdiendo la noción de “quiénes
somos” y corriendo el riesgo de convertirnos en extraños y como consecuencia,
en los peores enemigos de nosotros mismos. Ningún ser viviente nació con el
“manual” debajo del brazo, cada quien hará lo que desee o puede y será lo que
desee o puede de acuerdo a las circunstancias que nos toque vivir, siendo un
deber aceptarlas, en beneficio de
nuestro propio bienestar, sin perseguir intangibles enloquecedores y mucho
menos convertirnos en presa de la manipulación emocional mediática.
Tampoco creo en los manuales de “autoayuda”, pues nadie
tiene la clave de la buena vida, cada uno de nosotros sabrá cual es, en la
medida que nos conozcamos profundamente, en la medida que fortalezcamos nuestra
propia seguridad, en la medida que aprendamos a saborear la vida desde lo
cotidiano y desde lo que somos, entonces nuestras insatisfacciones irán
decreciendo y es posible que mejoremos nuestros estados de ánimo y logremos tal
vez, conectarnos mejor con nuestros semejantes, ayudándonos, en principio, con
empatía y asertividad.