Los humanos somos indiscutiblemente impredecibles, en consecuencia nuestras actitudes se manifiestan de igual modo. La herencia, el entorno y nuestra propia esencia son los elementos fundamentales que moldean nuestras conductas....

En cada cuento o escrito se encuentran enmarcados un comportamiento diferente, una naturaleza diferente, un demonio diferente....

jueves, 29 de noviembre de 2012

Respeto.


"La bondad es el principio del tacto, y el respeto por los otros es la primera condición para saber vivir".
Henry F. Amiel. 


Es notable como día tras día se acrecienta el poco respeto hacia nuestros semejantes, sin ningún tipo de distinción. Sinceramente me alarma, porque esta situación nos indica que nuestras emociones, sentimientos y como contrapartida de ellos, nuestra inteligencia no funcionan como debieran; un detalle de importancia es que existe un agravante de este conflicto, factores externos como algunos medios masivos que estimulan estas conductas.

El eje principal de una buena interrelación, sea de la índole que fuere, es empatizar con nuestro interlocutor, sin embargo, esta práctica se ha ido diluyendo e instalándose en la sociedad un “yoyoìsmo” sin límites, que deviene en una situación de conflicto, ya que el desinterés hacia el otro, la mordacidad y hasta la agresión pasan a desempeñar el rol principal.

Seguramente habremos visto o habremos sido partícipes de diálogos cercenados por una de las partes y convertirse en monólogos cuyo fin es resaltar su pensamiento, sus acciones, imponer su voluntad, criticar inadecuadamente, humillar, descalificar, negar o invadir el espacio del otro o propagar comentarios negativos. Lo curioso es que este tipo de personalidades niegan absolutamente esa condición, aún cuando se lo señalen con frecuencia.

No existe ser humano sobre esta maravillosa tierra que no tenga conflictos, sin embargo ellos nos maduran, nos fortalecen, nos invitan a aprender y creo que el miedo tiene una gran responsabilidad en este tema.



viernes, 16 de noviembre de 2012

Transparencia.


“Hay situaciones en la vida en que la verdad y la sencillez forman la mejor pareja”.
Jean de la Bruyere.

Esta servidora se encuentra situada muy lejos del fútbol y de todas sus implicancias; sin embargo hay hechos concretos o episodios de los cuales nadie puede sustraerse, me refiero puntualmente a la terrible violencia que afecta esta práctica tan popular y que todos debiéramos cuidar y comprometernos para terminar con este insaciable flagelo. Entiendo que, mucho más allá de la conducta humana, existen factores que quiebran cualquier tipo de regla moral, que seducen a los débiles cegados por el poder económico o por el poder mismo.

Hace algunos días, quienes conocen mi línea de pensamiento, enviaron a mi casilla un correo con una entrevista que Tiempo Argentino le hiciera a Javier Cantero, Presidente del Club Independiente. Hombre simple y transparente si lo hay, propietario de la loca idea de erradicar la violencia o las “barrabravas” del fútbol argentino. Es por ello que me permití copiar la nota, porque desde la sencillez y la transparencia, éste hombre emprendió una lucha muy pero muy difícil y cuyo costo es muy elevado, pero que en definitiva nos beneficia a todos. Sibaris.

“Javier Cantero, el presidente de Independiente, se muestra como nunca antes. Cuenta sus gustos, lo que representa la derrota, sus sueños de escritor, sus ideas políticas y cómo es su familia./ Por: ‘Tiempo Argentino’.

–Durante una charla en la Universidad Nacional de Avellaneda elogió a Dante Panzeri, ¿lo leía?
–Me gustan esos rebeldes como Panzeri o Jauretche. Aunque con Panzeri a veces no coincidía políticamente. Era un liberal. Pero tan honesto que si tenía que hablar mal de los que pensaban como él, lo hacía, y si tenía que hablar bien de alguien de izquierda, hablaba. Era muy honesto. Yo volvía del colegio y lo veía por televisión. También me gustaba mucho Osvaldo Ardizzone, que era fanático de Bochini, odiaba la táctica y le gustaba la creatividad,

–¿Qué diarios recibe?
–Dos, La Nación y Clarín, por una costumbre vieja que traigo. Los sábados y domingos recibo Perfil, que me encanta porque tiene muchos suplementos. Además, ya de mi época de militante, a mí me gusta leer a mis enemigos. Para leer a los que piensan como yo, paso. Me encanta saber qué piensan otro. Y también putearlos un poco.

–¿Lee sobre usted?
–Lo leo porque todos tenemos ego y quiero saber qué dicen de mí.

–¿Qué le molesta?
–Algunas mentiras. Como cuando Loquillo estaba muy grave y dije “ojalá que se mejore”. Entonces el título de Perfil fue: “El presidente de Independiente vela por la salud del barrabrava”. Una locura lo que se interpreta. Pero además no quiero que se muera, ¿qué querían que dijera? ¿Ojalá que se muera? Eso es mala leche.

–¿Qué posición tiene sobre la Ley de Medios?
–Yo me comí en un momento el discurso liberal de que tiene que haber libertad para todo. Pero con la libertad de empresa se van juntando los grandes pulpos y se comen a los más chicos. En algo tan delicado como es la opinión pública, que la manejan a piacere con intereses económicos y no políticos. No me cabe duda de que la distribución para que haya muchos medios es mejor. Así que la acompaño.

–¿Por dónde empieza los diarios? ¿Política o deportes?
–Primero veo la tapa y después la sección política. Hay tipos con los que no coincido pero son coherentes, como Rosendo Fraga, tal vez el mejor pensador que tiene la derecha.

–¿Quiénes le gustan?
–Hoy me gusta Víctor Hugo Morales. Y me gustan los libros de Rodolfo Walsh. Leí Operación Masacre, Quién mató a Rosendo, El Caso Satanovsky. Yo tengo una hija “hippie bolche” que una vez se enojó con mi biblioteca.

–¿Su hija es militante de izquierda?
–No, bueno, a su manera. Ahora está en Bolivia de viaje. Tiene una pareja mexicana y una nena que va a cumplir un año, Awca, cuya traducción en tehuelche es “rebelde”. Ella defiende a los indígenas y está en contra de las mineras. Se recibió de directora de cine, pero es “mantera” y hace artesanías.

–¿Cuánto tiene de usted?
–Soy viejo para ser hippie y no soy bolche (risas). Quizá ella heredó mi rebeldía de juventud, que nunca se me terminó de ir. Nunca fui un marxista. El marxismo y el liberalismo son materialistas. Yo soy todo lo contrario. Lo material lo tomo como algo para conseguir elementos fundamentales para la vida (comida, salud, educación), no como un fin en sí mismo. El amor está por sobre lo material. El que busca sólo acumular riqueza muestra sus falencias emocionales. Como dice el tango “no lo han querido bien”.

–¿Y por qué se enojó su hija con la biblioteca?
–Porque encontró de todo. Hasta Mi lucha, de Hitler, y otro que hablaba a favor de la represión durante la dictadura militar. “Tenés que quemarlo”, me decía. Pero no, y le expliqué que uno tiene que leer a todos. Pero la coherencia me parece importante y tiene que estar bien escrito. Tal vez porque soy un escritor frustrado.

–¿Y ahora qué lee?
–No, ahora este tipo de cosas (muestra el presupuesto de una pretemporada) son las que me llevo a mi casa.

–¿Cómo se desconecta?
–Mirá, hace rato que no veo una película. Antes iba al teatro dos veces por semana y ahora no lo puedo hacer. Me gusta el boxeo. Yo iba mucho al Luna Park, de chico me decían “Saldaña”, porque lo iba a ver siempre, igual que a Nicolino Locche. Pero mi cable a tierra son mis nietos, es incomparable. Cuando me dicen que el momento más feliz de la vida es la niñez, en mi caso no es así, sino a partir del nacimiento de mis nietos, ser abuelo.

–¿Cómo lleva la derrota?
–La llevo con más altura que a la victoria, me agranda. Como dice Marcelo Bielsa, la derrota es más enriquecedora. Lo primero que hay que saber cuando uno gana es qué va a hacer cuando te va mal. Los grandes artistas fueron más creativos cuando estuvieron mal.

–¿Qué lo emociona?
–He llorado leyendo un cuento o viendo un película o una obra de teatro. Hace poco en la playa leí un cuento de Eduardo Sacheri, “De chilena”, y me hizo llorar. Con Unión, cuando ganamos, lloré en el vestuario. Un poco a solas, como desahogo. Fueron cinco meses sin ganar. El Tolo se dio cuenta y me vino a abrazar. Son muchas cosas que le pasan a uno. No dormís, te vas en patrulleros. El Tolo me dijo: “Disfrútelo, porque acá hay muchos que están esperando que a usted y a mí nos vaya mal. Más a usted que a mí.”

–¿Y eso es verdad?
–Sí, sí, por supuesto. No el hincha común sino quien está en la política y no le gustó perder.

–¿Qué le da bronca?
–Cuando se humilla a los más humildes. Te dan ganas de ser el Che Guevara. La injusticia. Todo este sistema, los jueces que siempre se lo agarran con quienes tienen algún aspecto que no les gusta. Por eso me pegan a veces, porque yo defiendo a algunos muchachos que son humildes y no son culpables. Peor son los plateístas que cuando jugamos con Racing le tiraron a Basile una botella en la cabeza. Los ves ahora y están con traje y corbata.

–¿Entraría en la política?
–No lo pienso. Con Independiente tengo bastantes problemas. Sé que a los políticos no les va a gustar esto que digo, pero es un desafío mucho más grande manejar a Independiente que ser diputado nacional. Muchísimo mayor. Acá hay elecciones toda la semana.

–¿Escribiría un libro?
–No lo descarto. Me gustaría escribir una novela con las cosas que viví acá.

–¿Cómo duerme por las noches?
–Abrazado a mi mujer.

Por:  Jonathan Wiktor/Alejandro Wall
‘TIEMPO ARGENTINO’ "

lunes, 5 de noviembre de 2012

Comencé a extrañarte...




                 Músico, director, actor, cantante, poeta, un talento indiscutible, convencido y creyente de sus grandes obras; sin embargo hoy nos dejó a causa de una enfermedad que venía sobrellevando  desde hace unos años.

                 Es, sin dudas una figura emblemática de la cultura nacional, poseedor de un particular estilo que lo consagró como uno de los más grandes directores de nuestro cine y nos dejó títulos tales como “El romande del Aniceto y la Francisca”, “Crónica de un niño solo”, “Perón, sinfonía de un sentimiento”, etc., en cuyo contenido dejaba  traslucir su pasión y su ideología .

               Aprendí a admirarlo en mi adolescencia, cuando, con su voz seductora, nos enamoraba con  temas que El había compuesto, “Fuiste mía un verano”, “Ella…Ella ya me olvidó”, “ Ni el clavel ni la rosa”, “Quiero aprender de memoria”, “Chiquillada”, etc.

               Me entristeció la noticia de su partida, jamás olvidaré su paso por este mundo y seguiré admirándolo profundamente como el primer día en que lo descubrí. Siempre estarás en nuestros corazones y te agradecemos infinitamente tu gran legado.



Hasta siempre...