Los humanos somos indiscutiblemente impredecibles, en consecuencia nuestras actitudes se manifiestan de igual modo. La herencia, el entorno y nuestra propia esencia son los elementos fundamentales que moldean nuestras conductas....

En cada cuento o escrito se encuentran enmarcados un comportamiento diferente, una naturaleza diferente, un demonio diferente....

martes, 22 de febrero de 2011

Maldito seas poder!!!


Hace un tiempo sentí la necesidad de escribirle al Hombre, manifestando mi desilusión y descontento por su mano depredadora y su profunda avidez por el poder. Pero hoy me ocurre algo diferente, el sentimiento que me embarga no es aquel que sentí esa vez, sino que es mucho más fuerte, siento un dolor muy profundo y una gran tristeza que se suman a una tremenda sed de justicia.

En menos de veinte días hemos sido espectadores del demoníaco accionar de dos bestias, dos bestias con nombre y apellido, sí me refiero a Hosni Mubarak y a Muamar Khadafi, dos alimañas fosilizadas con la única pretensión de perpetuarse en el poder sin importarles como!! Terribles dictadores que se creen dioses, cuyo placer absoluto es manejar las vidas de sus pueblos y hasta decidir la muerte.

Estas bestias, que debieran estar encerradas en jaulas inviolables, ciegas y enfermas de poder no se dan cuenta que el mundo está cambiando, que el liderazgo debe ser abierto y no represivo, aún en oriente medio cuya cultura es diferente a la occidental, pero que, sin embargo, sus muertes le duelen al planeta dentro del cual tenemos que convivir.

Este manifiesto, muy lejos de ser un pensamiento político, pretende ser una microscópica colaboración al llamamiento solidario del mundo entero por los pueblos inocentes víctimas de “la bestia” infame, soberbia y asesina cuyas garras están asidas al poder con el más absoluto desprecio por la vida.

A esa bestia le pregunto cuánto placer le provoca el derramamiento de sangre, cuánto placer y emoción le provoca manejar la vida y decidir la muerte de su pueblo? Pero tenga en cuenta que usted no es Dios, apenas es un pobre mortal!!!!

lunes, 21 de febrero de 2011

Mis putas queridas.

Sabrina estaba en la cocina preparando dos capuccino para completar el relax junto a Miguel, uno de sus fieles clientes de tantos años, el frío del invierno invitaba a saborear algo caliente, más aún en Morón zona oeste de la provincia de Buenos Aires, la tarde era tranquila, aún la gente estaba en sus labores, apenas se escuchaba el trinar de los pájaros o el motor de algún automóvil que transitaba aquella solitaria calle. Un estruendo ensordecer la sacude y la confunde, Sabrina no entendía nada, corrió hacia el dormitorio y el terror comenzó a apoderarse de ella, Miguel se había disparado un tiro en la sien, la sangre se iba impregnando de a poco sobre la alfombra de la habitación y algunos trozos de su cabeza se habían incrustado en la pared, el espectáculo era espeluznante.

En años de oficio jamás había pasado por una situación semejante, no sabía qué hacer, como primera medida se quitó la lujosa lencería que vestía, se calzó un jean, una blusa y unos zapatos bajos; revisó el teléfono móvil de Miguel pues necesitaba contar con alguien antes de dar aviso a la policía. Recordó que en varias oportunidades le había hablado de sus amigos más íntimos Juan era al que más nombraba, amigo casi de la infancia con quien había compartido mucho de su vida. Apenas habían transcurrido diez minutos Juan se hizo presente en el trágico escenario, horrorizado y dolorido a la vez al ver a su amigo yaciendo sin vida en el suelo.
Tenían claro que había que tomar una decisión, pero cómo, cómo hacer para salvaguardar la imagen del muerto, cómo trascendería esto en lo que quedó de su familia, no se había muerto naturalmente en la vía pública, se había suicidado en casa de una prostituta! Juan intentó de muchas maneras calmar a Sabrina y que debían llamar a la policía inmediatamente, ellos se encargarían de la familia.

Mientras esperaban la llegada de la policía, intentaron buscar el motivo de esta decisión. Ambos sabían que Miguel, con sus sesenta años no muy bien vividos, había sido único hijo de un desventurado matrimonio, su padre adicto al alcohol y su madre una mujer de carácter, que no vaciló en separarse la primera vez que su marido le levantó la mano. A partir de allí Miguel, con apenas ocho años y su madre fueron a vivir a casa de su abuela quien se ocupó de la crianza, mientras su madre, sin ningún tipo de ocultamientos se ganaba la vida con el oficio más viejo del mundo. Durante algunos años vio a su madre bajar de los automóviles de sus clientes y muchas veces rodaron lágrimas por sus mejillas, pero esta situación se terminó en su adolescencia pues su madre moriría inminentemente de un paro cardíaco.

Aún no había terminado su adolescencia y debió casarse con una compañera del secundario a quien había dejado embarazada y de quien se separó al poco de nacer su hijo motivado por su desprolija vida y su gran adicción a las putas. Se enamoró de cada una de ellas, las amó con toda su alma proclamándolo a los cuatro vientos, como también su ilusión de enamorarlas, sin embargo en su fuero interno sabía que esa reciprocidad de la cual se vanagloriaba era incierta. Años más tarde rehízo su vida con una mujer común, con quien tuvo dos hijos, aunque estas segundas nupcias fueron más duraderas, pues su segunda esposa nunca había advertido la pasión oculta de Miguel. Preso de la incomprensión, de la intolerancia y tal vez de sus luchas internas le abre paso a un nuevo vicio, el alcohol, que posteriormente lo condujera a su segunda frustración de familia.

Había iniciado un camino sin retorno, espinoso e incontrolable, hacía no mucho tiempo había conocido en un burdel a una chiquilla casi cuarenta años más joven, embelesado, completamente hechizado por sus encantos y artes da rienda suelta a sus sentimientos e instintos, para luego enroscarse en una relación, evidentemente unilateral. El juego había durado un buen tiempo, él era feliz cuando estaba con ella, se sentía un adolescente, desbordaba de placer y de energía, pero la relación distorsionada desde el comienzo fue cobrando sinsabores, cuando su joven amante no escatimaba esfuerzos en mostrar indiferencias. Esa misma mañana, en que había visitado a Sabrina, había decidido seguirla para certificar sus sospechas, la vio en brazos de otro hombre mucho más joven que él besuqueándose descaradamente por la calle, le fue imposible dominar el impulso de reproche, provocando esta acción una respuesta dolorosa, ofensiva y terminante.

Ambos sabían que las amaba y las admiraba porque detrás de cada una de ellas hay una historia incompresible vista desde afuera. La estridencia de las sirenas de la ambulancia y del patrullero los invitó al silencio y el nerviosismo comenzó a aflorar nuevamente. Juan y Sabrina subieron al coche policial que los trasladarían a la Comisaría 1° de Morón, en donde les tomarían declaraciones ….